lunes, 18 de octubre de 2010

Barranco de Badajoz... Entrada a otro mundo.


Ahí va un poema que acabo de componer mientras desayunaba:

Ávalon, ¡yo te invoco!
Conjuro tus verdes praderas.
Fértil de lluvias encantadas
De su lluvia, cascadas de río embrujado
¡Morgana lo ha condenado!
Arturo, ADRIANA y nueve más,
Esperando tal vez, la eternidad
Para regresar a brazos de la humanidad.
Profunda es la pena de sus almas,
Ávalon les hace de madre.
Mares salvajes. Madre en calma.
En ausencia de Dios y del Padre.
¡Cántales por última vez el himno de la esperanza!
Que ausentes de vida y tiempo
El AMOR perdido, tan solo absurda añoranza...

Sub umbra floreo: 
Claudia Bürk

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